¡Buenas tardes!
Y taaaaaaan buenas. Hace un sol precioso, últimamente en Asturias no podemos quejarnos...¡y la falta que hacía!
Llevo un tiempo de descanso, y por fin me he puesto las pilas para actualizar...que ya veía yo un poco sosillo esto.
Hoy os traigo una receta facilísima: galletas de leche condensada. Y de paso, inauguro nueva sección en mi blog, la de las galletas :)
Yo estas concretamente las hice para mi hombrecillo en San Valentín, pero podéis hacerlas en cualquier momento. Son suaves y muy pero que muy blanquitas y amorosas.
INGREDIENTES:
- 125 g. de mantequilla a temperatura ambiente
- 50 g. de azúcar glas
- 1 yema de huevo
- 350 g. de maicena
- 200 g. de leche condensada
- Chocolate o mermelada y gelatina para decorar
MODO DE PREPARACIÓN:
En primer lugar precalentaremos el horno a 150º (un poquillo menos si es de ventilador). Comenzamos tamizando el azúcar y la maicena en distintos boles y reservamos. Mezclamos en otro recipiente la leche condensada, la yema de huevo y la mantequilla. Lo batimos todo hasta obtener una crema.
Añadimos poco a poco el azúcar glas tamizado, cuidando las cantidades y la velocidad al batir si no queremos que nuestra cocina se vuelva una nube polvo. Después, incorporamos la maicena con el mismo proceso, mezclándolo bien hasta lograr conseguir la textura que necesitamos para poder trabajar la masa con las manos.
Una vez tengamos lista la masa (puede que haya que dejarla reposar un ratito en la nevera) hacemos las galletas con la forma que más nos guste sobre el papel de hornear. Si queremos decorarlas luego, haremos marquitas sobre la superficie con el dedo de manera que se forme un hueco (¡sin llegar a convertirlo en un donut!).
¡Un besito con sabor a galleta!
