Hoy me he dado cuenta de lo mucho que llevaba sin aparecer por aquí y me dije a mí misma: ¡ya va siendo hora!
Además, tengo muchas recetas que contaros que están en lista de espera...y esta es una de ellas.
Como apariencia...maravillosa, por dentro...sorprendente, y, ¡además está buenísima! Sobre todo si eres un/a fanátic@ del chocolate blanco, o en todas sus versiones, como yo.
Entra dentro de la categoría de "layer cakes" por su dimensión: tres maravillosos pisos de altura rellenos, y por su cobertura: frosting de chocolate blanco.
La receta la he extraído del gran libro "El Rincón de Bea", el cual os recomiendo encarecidamente comprar, por sus tantas y tantas recetas de layer cakes, foam cakes, muffins, cupcakes, galletitas, etc. así como sus maravillosas explicaciones y algo importante...¡puedes seguir las recetas al pie de la letra sin miedo a que te salga algo mal! No obstante, esta receta la he adaptado a mis gustos...así que también lleva un poquito de mí...¡espero que os guste!
INGREDIENTES:
- 125 g. de chocolate blanco
- 170 ml. de leche
- 225 g. de azúcar blanco normal
- 60 g. de azúcar de caña
- 100 g. de mantequilla ablandada
- 215 g. de harina
- 2 huevos
- 1 cucharadita de levadura
- Mermelada (o cualquier otro relleno que prefieras, yo utilicé mermelada de fresa).
- Colorante rosa
Para el frosting utilizaremos...
- 75 ml. de nata para montar
- 90 g. de chocolate blanco
- 100 g. de azucar blanquilla (azucar glass, o icing sugar)
- 100 g. de mantequilla a temperatura ambiente
MODO DE PREPARACIÓN:
Calentamos en un cazo la leche, el chocolate blanco partido en trocitos, el azúcar moreno y 85 g. del azúcar blanco, llevándolo lentamente a ebullición y sin dejar nunca de remover. Reservamos y lo dejamos enfriar totalmente.
Engrasamos en primer lugar con aceite o spray desmoldante 3 moldes de 15 cm. y los preparamos con papel de hornear en su base, para que no se pegue. Precalentamos el horno a 170ºC (un poquito más si tu horno es convencional, sin aire).
Tamizamos la harina junto con el polvo de hornear, y reservamos.
Batimos la mantequilla junto con el resto de azúcar hasta conseguir una mezcla blanqueada y esponjosa. Añadimos uno a uno los huevos, ligeramente batidos antes, y batimos a velocidad baja. No debemos agregar el siguiente hasta que el anterior esté completamente integrado. Bajamos la velocidad y añadimos el harina en dos veces, hasta que esté integrada.
Muy lentamente añadimos la mezcla del chocolate blanco que habíamos reservado previamente, y batimos. Terminamos de integrar a mano con una espátula, cuidadosamente, sin que queden restos sin mezclar.
Dividimos la masa entre los 3 moldes, de forma que tengan la misma cantidad. Vamos añadiendo colorante rosa (o del color deseado) en diferentes proporciones, de más a menos, para poder ir observando el color más oscuro e ir echando menos cantidad, de forma que nos queden tres masas coloreadas en degradado. Alisamos perfectamente la superficie para que no queden burbujas de aire, dando unos golpecitos contra la mesa.
Horneamos entre 25 y 30 minutos. Los bizcochos estarán horneados cuando los bordes se separen un poquito del molde y la superficie se dore ligeramente. Los sacamos del horno y lo dejamos reposar 30 minutos dentro de los moldes sobre una rejilla. Cuando estén tibios los extraemos mediante un cuchillo, deslizándolo por los bordes, los desmoldamos y los dejamos enfriar por completo.
Cuando estén totalmente fríos, los envolveremos en papel film y los dejaremos reposar hasta el día siguiente. ¡Cuidado con el manejo de los bizcochos en caliente! Son bastante frágiles.
Para la cobertura prepararemos un cazo con la nata, y la calentaremos hasta que apenas empiece a hervir. La echamos sobre el chocolate que tendremos cortado previamente en trocitos en un bol, y lo removemos hasta que se derrita por completo. Obtendremos una crema de la consistencia de leche condensada, y la dejaremos enfriar a temperatura ambiente.
Por otro lado, batimos a velocidad baja la mantequilla y el azúcar, durante 3 minutos. Agregaremos lentamente cucharadas de la mezcla de chocolate que habíamos preparado y dejado enfriar previamente. Continuamos batiendo durante 1 minuto.
Si la crema sale muy blandita, la dejaremos reposar unos minutos en la nevera.
Luego sólo nos queda montar los bizcochos por el orden de degradado que prefiráis, intercalándolos con relleno. Y cubrir de manera uniforme tooooda la tarta con el buttercream resultante, decorándola a vuestro gusto. ¡Deliciosa!
Yo utilicé mermelada de fresa casera, ¡es la mejor de todas! |
¡Besitos degradados!
