¡¡SORPRESA!!
Adivinad lo que le han regalado a mi madre...
¡Un molde de cupcake GIGANTE!
Y adivinad quién lo va a utilizar además de ella...
Yo.
Aunque realmente a ella le encanta hacer bizcochos, así que lo utilizará más que yo (y la verdad, el regalo es suyo así que espero que lo disfrute muy mucho, intentaré no robárselo habitualmente!). Pero es que...si nos fascinan los cupcakes, ¿cómo no va a fascinarnos un cupcake gigante?
En relación a mi ausencia...soy nueva y llevo varias semanas sin aparecer por aquí.
Así que este verano, precisamente, no paro.
Llevo varios días pensando qué hornear...no me decidía entre cupcakes de crema de cacahuete o cupcakes de sangría, todos del maravilloso libro de Alma (del que todo el mundo habla). Y sí, yo soy una más que puede afirmar que tanto sus libros como ella, son espectaculares.
Así que como solución a todas mis dudas sobre qué hacer, mi prima y mi tía nos vienen con esta preciosada de molde Wilton, por el que mi madre llevaba suspirando desde hace meses...¿No es maravilloso? ¡Muchas gracias chicas! :)
Así que al tema me puse...Aproveché que Alma tiene una receta riquísima en su último libro de tartas, y la adapté un poquito a mi, como siempre.
INGREDIENTES:
Para el bizcocho (con molde de cup-cake gigante) utilizaremos...
- 5 huevos
- 200 g. de harina
- 2 cucharaditas y media de levadura
- 250 g. de azúcar
- 80 g. de almendras para moler (pero si tenéis almendra molida, mejor que mejor)
- 75 ml. de aceite de girasol
Para el relleno...
- Almíbar, hecho con nuestro extracto favorito (yo utilicé extracto de vainilla)
- Mermelada de fresa
- 115 g. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 425 g. de azúcar hiper-mega fino (es decir, Icing Sugar)
- 85 g. de cacao en polvo sin azúcar
- 105 ml. de leche
Para la cobertura del cupcake (crema de queso)...
- 125 g. de mantequilla
- 300 g. de azúcar finísimo
- 125 g. de queso tipo Philadelphia (no sirve light)
- Colorante naranja en pasta (o el que prefiráis)
MODO DE PREPARACIÓN:
Empezamos por lavar el molde según las instrucciones del fabricante, con agua tibia y jabón (yo al menos, por ser el primer uso). Precalentamos el horno a 170º, y engrasamos el molde (sería genial con spray desmoldante, yo utilicé margarina insistiendo bien en todos los pliegues).
Separamos claras y yemas. Batimos las claras hasta que estén a punto de nieve. Continuamos a mano, suavemente, e incorporamos el aceite y las yemas de huevo batidas. Por último agregamos la harina tamizada, la levadura y la almendra, sin que se baje la mezcla. (Si utilizáis robot Kenwood, KitchenAid o similar, ya sabéis que podemos batir previamente las claras y agregar el resto de los ingredientes junto con las yemas batidas, cambiando la varilla y fijando velocidad mínima).
Repartimos la mezcla resultante entre las dos cavidades del molde, sin llenarlas del todo. Lo metemos al horno y esperamos unos 50 minutos, o hasta que veamos que el bizcocho se separa del molde fácilmente. Cuando esté templado lo desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Preparamos las cremas (ver modo de preparación más abajo).
Una vez estén fríos los bizcochos, los igualamos, hay que cortar el gran "pico" que les sale a cada uno de ellos. Dividimos la base del cupcake por la mitad, para empaparla de almíbar* y rellenarla con mermelada. Juntamos nuevamente las mitades encajándolas bien y las cubrimos con una capa de crema de chocolate, marcando los pliegues con una espátula, una cuchara o con lo que mejor se nos dé (puede que tengas que dejarla enfriar un ratito en la nevera después de aplicarla para hacer los pliegues y que salgan mejor). Cubrimos con mermelada también en la superficie, para colocar la parte superior del bizcocho.
Finalmente, con una manga pastelera y una boquilla de estrella (yo utilicé estrella mediana de Wilton), dibujamos los rosetones por toda la parte superior del bizcocho (los rosetones se hacen empezando desde el centro, en sentido de las manecillas del reloj). Y lo decoramos con flores, o lo que más nos guste.
PARA LA CREMA DE CHOCOLATE:
Tamizamos el azúcar fino, y el cacao, repartiéndolos en dos boles. Batimos el azúcar con la mantequilla, a velocidad baja, durante un minuto. Incorporamos el cacao, y poco a poco la leche. Veremos que la mezcla se vuelve más cremosa. Subimos la velocidad y batimos durante unos 5 minutos a velocidad alta.
PARA LA CREMA DE QUESO:
Tamizamos el azúcar y lo batimos junto con la mantequilla a velocidad máxima hasta que se vuelva homogéneo. Si vemos que va muy forzado, añadimos una o dos cucharadas de leche. Cuando se integre todo bien, incluimos el queso frío, y batimos a velocidad baja, aumentándola progresivamente. Añadimos un poquito de colorante naranja, y veremos como se va tiñendo poco a poco, seguimos incorporándolo hasta que obtenga la tonalidad que más nos guste. Es MUY importante que después de hacerla la conservemos un buen ratito en frío (yo no lo hice y los rosetones salieron como quisieron, error!)
*Almíbar: Simplemente se mezcla agua y cuatro cucharadas de azúcar en un cuenco pequeño, calentando en microondas (también puede hacerse en un cazo al fuego) y removiendo poco a poco hasta que el azúcar desaparezca por completo. A continuación añadimos el extracto que más nos guste, y...voilà!
Al final estoy bastante contenta con el resultado, me he basado en la decoración de Alma Obregón, y me ha ayudado bastante a la hora de zanjar la presentación. Aunque la crema de queso no paraba de calentarse y me desesperé bastante (¡TIENE QUE ESTAR FRÍA FRÍA!). Me alegra bastante que con el reposo nocturno en la nevera haya logrado esta maravilla:
Espero que os haya gustado,
hasta la próxima y...¡besitos con sabor a melocotón!
