martes, 13 de agosto de 2013

¡Deliciosos cakepops de Oreo y Nutella!


¡Hola a todos!

Desde que descubrí los cakepops no he parado de pensar en probar y hacerlos...Me he pasado por varias tiendas y al fin conseguí todo lo necesario: palitos, cake ball, Candy Melts, soporte para cakepops...¡Todo listo! Así que rápidamente me puse manos a la obra, y ya los he hecho 2 veces en tan solo una semana. Son bastante sencillos, aunque lo más complicado puede que sea poner cada palito y que se queden bien sujetos. Es una tarea un tanto delicada.



Y también me di este capricho de medidores ¡son un amor!

Los hice por primera vez el primer sábado de este mes, para una cena familiar en mi casa. Son tan bonitos a la vista, tan ricos al paladar y tan sencillos al parecer...¡que les encantaron a todos!

A vista de semejante éxito de mis primeros cakepops (que por cierto, he de destacar que solamente 2 se suicidaron mientras reposaban en la nevera) volví a ponerme las pilas para prepararle unos cuantos a mi chico y averiguar si le gustaban (¡vergüenza debería de darle su tonta aversión por los cupcakes teniendo una novia repostera!).

Probé dos recetas distintas: Oreo y Philadelphia, y Oreo y Nutella. Definitivamente gustaron mucho más los segundos...Así que aquí os dejo ambas recetas y modos de preparación, ¡espero que os gusten!


Yo utilicé la mejor Nutella del mundo ♥
INGREDIENTES:

  • 150 g. de galletas Oreo
  • 5 cucharadas de Nutella/Philadelphia
  • Para la cobertura usaremos Candy Melts de colores o chocolate para fundir 
  • Bolitas de colores, confeti, etc. para decorar.

MODO DE PREPARACIÓN:

En primer lugar, trituramos muy bien las galletas, con crema y todo. Cuando estén listas, añadimos la Nutella (o el queso cremoso tipo Philadelphia) y lo mezclamos hasta conseguir una pasta pegajosa (SÓLO en el caso del queso podemos hacerlo a mano, utilizando unos guantes, hasta que veamos que queda una masa apta para hacer bolitas). 





Con esta pasta, haremos bolitas utilizando la cake ball, o simplemente con la mano (también podemos ayudarnos de una cuchara de helado) y lo ideal es ir colándolas en una huevera (para que no pierdan su perfecta redondez), también podemos colocarlas en un plato e ir perfeccionándolas a medida que enfríen. Una vez hechas las bolitas, las meteremos en la nevera para que se enfríen durante un largo rato (una hora o más). 




Mientras tanto, prepararemos unos pocos Candy Melts fundidos (4 o 5), o unas onzas de chocolate fundidas. Podemos fundirlos al baño maría, en el microondas...yo utilicé mi dulce y pequeña fondue, que se presta genial para estas cosas. Cuando esté fundido, iremos impregnando los palitos en uno de sus extremos, y clavándolos, uno a uno, en las bolitas ya hechas. Posteriormente seguimos refrigerando para que el chocolate se enfríe y no se caigan los palitos. Ahora sí: las dejaremos enfriar tooooda la noche (¡es lo ideal para que se endurezcan bien y no se espachurren!).



Al día siguiente, cuando estén bien firmes y fríos, podremos proceder a preparar la cobertura con más Candy Melts* o chocolate para fundir. Mojaremos cada uno de los cakepops en el chocolate fundido, dejandoles verter un ratito en posición vertical  para que eliminen el exceso de chocolate. Luego los rebozamos con bolitas, fideos de colores, restos de Oreos molidas...¡cualquier cosa que os guste! Luego los dejaremos en la nevera en alguna base de poliespan o dummies que podéis conseguir en cualquier tienda, para que se sostengan en horizontal y se sigan enfriando hasta la hora de servir.



Si os podéis hacer con este soporte tan chulo (en la tienda "Casa"), os quedará una presentación maravillosa:





Mi abuela degustando mis primeros cakepops :)

*¡Cuidado con los Candy Melts!: suele quedar muy espeso, para hacerlo más líquido añadiremos unas cucharaditas de "Crisco", o mantequilla vegetal, poco a poco. Son un poco especiales, y sinceramente, me quedó mucho mejor la segunda ronda con chocolate normal fundido.


 ¡Besitos con sabor a oreo!


martes, 6 de agosto de 2013

Las 10 diferencias entre un cupcake y una magdalena.



¡Hola a todos!


Ayer tuve una visión horrible.

HORRIBLE.

En una red social, una persona (a la cual ni siquiera conozco) subía una foto de un cupcake...o al menos eso parecía. Lo peor de todo eran sus tags: #cupcake #magdalena #muffin

Sí claro, ¿y qué más, tarta de arándanos?

Eso, junto a la hornada de magdalenas que hizo mi madre, me llevó a pensar...Aún hay muchísima gente que no sabe verdaderamente QUÉ ES un cupcake. O peor: creen que un cupcake es una magdalena con nata de colores. Y no. No puedo pasar por eso...

¿Y si preparo una entrada en la que reúna varias diferencias entre un cupcake y una magdalena?

Realmente, debería diferenciar entre un cucpcake, una magdalena y un muffin, ya que no son lo mismo. Pero los muffins aún no son mi fuerte, así que lo dejaré para más adelante...


     1. Un "cupcake" no es una "magdalena en inglés".

La traducción literal de "cup-cake" es "pastel en taza", y no "magdalena" (por favor, no le hagáis caso al traductor de Google). Un cucpcake, por tanto, es una tarta pequeña, un pastel si queréis, pero NO una magdalena.

2. Un cupcake no es una magdalena con nata.

No. Por favor. Este es el mayor de los errores. Como he dicho, un cupcake no es una magdalena, y muchísimo menos una magdalena con nata. Los cupcakes se suelen decorar con buttercream (crema de mantequilla), a la que se le puede añadir un sabor o color particular. Pero NO es nata. 

3. Un cupcake no tiene el mismo origen que una magdalena.

Los cupcakes surgen en el siglo XIX, en Estados Unidos. Las magdalenas son francesas. Como siempre, las modas o los "boom" llegan a España con un poquito de retraso (los cupcakes, las mechas californianas...) y es ahora, precisamente, cuando estamos viviendo "la ola española de los cupcakes". ¡Nos han enamorado a todos!

4. Los cupcakes llevan mantequilla, las magdalenas normales no.

Pues eso, el ingrediente principal de los cupcakes es la mantequilla (que si mantequilla en la masa, que si mantequilla en la buttercream...). Su receta base es similar a la de cualquier otra tarta. Las magdalenas, fundamentalmente, llevan aceite de girasol, e incluso se les suele añadir aroma de limón, generalmente obtenido de la cáscara de éste.

5. Una magdalena es mucho más esponjosa que un cupcake.

Y eso se debe a las burbujitas que acaban incorporando, ya que hay que batirlas mucho más que un cupcake. De esta forma se vuelven esponjosas y con "copete".

6. Por lo general, las magdalenas no suelen adornarse.

He aquí la razón por la que un cupcake no puede ser una magdalena con nata de colores. Las magdalenas puras y duras son eso, el bizcochito presentado en moldes de papel rizado. Sin nata. Sin buttercream. Aunque también es habitual añadirles azúcar o glaseado. (Y si por casualidad le añadís nata o buttercream, ¡seguirá siendo una magdalena!).

7. Una magdalena normal, no suele variar su sabor.

Una magdalena pura y dura, suele tener un sabor similar al de un bizcocho (y normalmente, con aroma a limón). Sin embargo, en el caso de los cupcakes, podremos encontrar miles de sabores y variedades (y colores, y tamaños...).

8. Habitualmente, una magdalena no se rellena.

Y cuando digo "habitualmente", no quiero decir "nunca". Perfectamente podría hacerse una magdalena rellena de chocolate, fresa, etc. Sin embargo, partiendo de la base de que hablo de magdalenas sin ningún tipo de relleno ni composición especial, puede hacerse la comparación con un cupcake, al que habitualmente se le suele hacer un agujerito en la parte superior para introducir cualquier clase de relleno. Y es gracias al sabor de la mantequilla, y precisamente al de su relleno, que hacen de cada bocado una explosión de sabor en nuestros paladares.

9. La forma de las magdalenas ha variado con el tiempo.

Inicialmente, las magdalenas tenían forma de concha. Hoy en día suelen elaborarse en los mismos moldes de papel rizado que los cupcakes o los muffins. La forma de los cupcakes no ha variado demasiado, el único aspecto destacable es la forma de presentarlos, ya que antes de que comercializarse los moldes de papel rizado se solían servir en pequeños recipientes de barro o copas (de ahí su nombre). Otro apodo que reciben los cupcakes es el de "Fairy Cakes", (tarta de hadas) por su reducido tamaño.

10. Algo en común: el papel rizado.

Los cupcakes y las magdalenas tienen una cosa en común (y a simple vista sin conocer los ingredientes, es la única, además de su posible tamaño): el papel rizado. Tanto muffins, como magdalenas, como cupcakes, se presentan en moldes de papel rizado de distintos tipos, tamaños, estampados y colores. (Para ver más sobre cápsulas, visita mi entrada anterior: ¡Un mundo de cápsulas!)



Últimamente pueden verse cupcakes por todas partes: tiendas especializadas, blogs, redes sociales...Y aún existen personas que creen que son magdalenas (me consta). He preparado esta entrada, como siempre, con todo el cariño del mundo, con el único objetivo de informar y desterrar esa fea creencia: un cupcake no es una magdalena con nata.


¡Besitos con sabor a magdalena!


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...